MITOS


 EL HOMBRE SIN CABEZA

Este mito es oriundo de nuestro pueblo, no se ha escuchado hablar  de este en ninguna región más de nuestro país, ni en el internet. Todavía no se ha encontrado el origen o el porqué de su aparición.
Cuenta la señora Leonor Villamizar  que años atrás cuando tenía la edad de 16 años le gustaba salir a mirar partidos de futbol y reinados de belleza en la casa de la señora Zoila gamboa en el barrio del cementerio. Ella dice que salió de la casa de la señora Zoila y el reloj empezó a dar las 12 en punto de la noche, en ese momento pasaban un grupo de jóvenes y dije  que con ellos no me iría, después vi pasar  a  Ovaldino Porras. (Yo le tenía miedo a él, porque le hablaba del diablo y se especulaba un supuesto pacto con este). Entonces resolví irme sola, y llegando  frente a don Bernardo Fonoteca mire hacia la calle de abajo y vi que venía alguien y entre si me dio miedo y comencé a correr, cuando volteé donde don Antonio Quiroga vi que venía donde Amparo Melgarejo y seguí corriendo ya llegando donde  Francelina Ardila volteé a mirar con soberbia y dije
-¿Quién me viene persiguiendo?
Fue cuando mi cuerpo se  enchiló  y vi que  no tenía cabeza y cerré los ojos y corrí como pude, llegue a la casa y me quede mirando por el portón para ver cuando este pasaba, para mi sorpresa este personaje no paso .




LA MONJA SIN CABEZA


La monja sin cabeza se da en muchas partes del mundo y por supuesto de nuestro país Colombia, de aquel personaje existen muchos mitos todos diferentes. Siempre hace su aparicion en lugares religiosos , sagrados .
Cuenta la señora Milena Ardila que cuando ella se preparaba para la primera comunión en el colegio actual Laura vicuña del itis .habían unos baños que casi no se usaban pero cuando llegaba el día de preparación a la comunión eran muy frecuentados por los niños.
Un día de preparación como cualquier otro  estábamos un grupito de compañeros en el baño, vino la hermana sor Sixta y nos dijo que nos saliéramos que un día de estos nos iban a asustar. L e hicimos caso y nos salimos.  Íbamos saliendo otra vez del baño cuando nuestros compañeros gritaron muy fuerte voltee a mirar cuando vi  una monja alta pero sin cabeza, en ese momento llego la hermana Sixta y nos saco de allí, y nunca mas volvieron a abrir aquellos baños. Actualmente los baños  están sellados con una pared.



EL SILBON

Cuenta la leyenda que El Silbón recorre la región llanera con un silbido que estremece al ser escuchado. Confunde, pues cuando se escucha cerca es porque está lejos, y viceversa. La señal confirmatoria de que el espíritu ronda el vecindario es un característico ruido de huesos que chocan unos con otros. Se cree que los lleva en un saco, al hombro. Unos piensan que son los huesos de sus víctimas más recientes; otros, que pertenecen a su propio padre. Para cuando se alcanza a oír el "crac-crac", sin embargo, tal vez es demasiado tarde. Cuentan que hubo una vez un joven que descubrió que algo extraño estaba pasando entre su padre y su esposa. Unos dicen que el viejo le pegó a la joven. Otros sostienen que la violó. "Lo hice porque es una regalada", fue la explicación que el viejo dio a su hijo. La leyenda sigue con que el joven estalló en furia, y se enfrascó en una pelea a muerte con su padre. De los dos, el padre llevó la peor parte. El joven le asestó un fuerte golpe en la cabeza con un palo, que lo tumbó en el suelo, donde el hijo se le abalanzó y lo ahorcó. El abuelo del joven, que escuchó de la pelea, fue en busca de la víctima, a todos los efectos, su hijo. El abuelo juró castigar al joven, su propia carne y sangre, por el horrendo crimen que había cometido... contra su propia carne y sangre. Poco tardó en encontrarlo. Entonces lo amarró y le propinó una andanada de latigazos con un "mandador de pescuezo", típico del llano. "Eso no se le hace a su padre...Maldito eres, pa´ toa´ la vida", le decía. Para completar la sanción, le frotó ají picante en las heridas y echó al perro de nombre Tureco para que lo persiguiera. Hasta el fin de los tiempos le muerde los talones. También dicen que suele vengarse de hombres mujeriegos.

DUENDES

No hay una sola persona que no haya escuchado hablar sobre los duendes. De esas pequeñas criaturas con las que las madres amedrentan a los niños: "Te van a llevar los duendes".
Cuando era pequeño me daba miedo de encontrarme con ellos. Los duendes son unos pequeños hombres en miniatura que miden como medio metro de altura, usan boina grande y visten lujosamente, con trajes de colores. La mayor parte del tiempo anda  juntos. Andan por los potreros, cafetales y caminos solitarios, no les importa si es noche o de día con tal de andar vagabundos.
Al visitar una casa se hacen invisibles, molestan demasiado, echando cochinadas en las comidas, tiran lo que se encuentre en sus manos. Pero lo que más persiguen es a los niños de corta edad, los engañan con confites y juguetes bonitos; así se los llevan de sus casas para perderlos. Si el niño no quiere irse, se lo llevan a la fuerza; aunque llore o grite. Una vez un señor, quién me merece todo respeto, contó que una noche, cuando él iba a caballo con otro amigo vio saltar un chiquito a la orilla del camino. Al ver esa figurilla en ese camino tan solitario y en horas tan inoportunas ambos se extrañaron; bajaron el ritmo de los caballos para preguntarle hacia donde se dirigía. Voy a hacer un mandadillo dijo el pequeñín. Pero a pesar de que apresuraban el paso, el pequeñín los seguía a cierta distancia, con una habilidad increíble Aquel espectáculo los puso como piel de gallina, y no querían mirar hacia atrás; y cuando quisieron mirar, había desaparecido.
Algo muy parecido a esta historia anterior le sucedió al hijo de un amigo. Sus padres lo buscaron por todos lados, se había perdido hacía dos días, quién estaba en un potrero lejano del pueblo.

Cuando se le pregunto cómo había llegado allí, dijo que unos hombrecitos muy pequeños se lo habían llevado dándole confites y juguetes; pero cuando estaban lejos del pueblo, pellizcaban y molestaban y mientras lloraba, aquella jerga de chiquillos reía y bailaban.
Este suceso se comentó mucho en aquel pueblo y es digno de estudiarse por lo misterioso del caso.
Dicen las gentes que para ahuyentar los duendes de una casa, aconsejan poner un baile bien encandilado con música bien sonada.
Se dice que es un niño que murió sin ser bautizado o un niño malo que golpeó a su madre. Es muy pequeño, lleva un sombrero grande y llora como una criatura. Tiene una mano de hierro y otra de lana, cuando se acerca a alguien le pregunta si con cuál mano desea ser golpeado. Algunos dicen que, sin importar la elección, el duende golpeará siempre con la de hierro. Otros, en cambio, aseguran que los desprevenidos eligen la de lana y que es ésta la que en realidad más duele. Posee unos ojos muy malignos y dientes muy agudos. Suele aparecer a la hora de la siesta o en la noche en los cañadones o quebradas. Tiene predilección para con los niños de corta edad, aunque también golpeas sin piedad a los mayores.
El duende es un singular espanto que camina con los pies volteados emitiendo un chillido aterrador. Se dedica a fastidiar las familias de los campesinos hasta que los desespera y los hace emigrar hacia las ciudades.
La mayoría de veces se dedican a cambiar las cosas de su lugar o esconderlas. El duende habita en cuevas ubicadas en barrancos, en donde acostumbra esconder a los niños para hacerles comer excremento de caballo o enloquecerlos.
Por las noches se dedica a tirar piedras a los techos de la casas, a perseguir a las muchachas en edad de tener novio, a hacerle trenzas a los caballo o a tocar guitarra. Precisamente una de las maneras de ahuyentarlo es colocándole una guitarra destemplada a media noche y así dejará en paz a la familia.
Dice la Leyenda que el duende es un ángel expulsado del cielo debido a su envidia hacia Dios, y fue condenado a vagar por los campos asustando a las personas. Cuentan que "a las jovencitas que tienen novio y cuando éste está de visita, las fastidian con órdenes o secretos malignos al oído, que el pobre joven se indigna y termina por no volver a ver a su adorada. Si no está presente el muchacho o pretendiente, las perturban en la casa con órdenes y consejos, hasta que las enajenan para que no se verifique el matrimonio. Durante el sueño, estos espíritus les ocasionan pesadillas, las llaman a un lugar conocido, hasta que las tornan sonámbulas. Así han encontrado varias vagando lejos de su residencia, que van o vienen por determinado sitio, sin darse cuenta ellas de tal acto. Hasta que alguno de la familia o conocido la encuentra en estado de subconsciencia
El duende es un singular espanto que camina con los pies volteados emitiendo un chillido aterrador. Se dedica a fastidiar las familias de los campesinos hasta que los desespera y los hace emigrar hacia las ciudades.








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